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¡Queridas Escuelas!

Últimamente nos hemos puesto en contacto con vosotras por diversos motivos y hemos analizado algo en lo que a veces las Escuelas no reparamos y es lo que se escucha de mi Escuela por teléfono. 

Consideramos muy importante éste que puede ser el primer contacto con mi Escuela y, como nunca sabemos quién va a estar al otro lado del teléfono, siempre tenemos que estar preparadas para atender de la mejor manera posible y causar la mejor de las impresiones.

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¿Queréis saber qué cosas hemos detectado?

Naturalmente no vamos a dar datos de las Escuelas, no es nuestra intención analizar a cada una de ellas ni exponer sus aciertos o sus errores en público, sino que cada Escuela reflexione y analice su respuesta telefónica para mejorar en la medida de lo posible o para darse cuenta de lo bien que lo hace, según el caso. Vamos allá!

  • No hay respuesta

Después de varios tonos  la llamada se corta sin que hayamos sabido si quiera si estábamos llamando al sitio adecuado. Esto se debe a que la Escuela no tiene activado el servicio de contestador y quién llama no recibe respuesta alguna. La sensación del llamante es de incertidumbre sea padre de la Escuela o no.

  • Atienden con una sola palabra “¿Guardería?”

Sabemos que los papás y mamás con mucha frecuencia nos denominan “guardería o guarde”. Una cosa es que ellos lo hagan y otra muy distinta es que nosotras afiancemos esta denominación. Lo correcto es responder con el nombre de la Escuela completo anteponiendo la palabra Escuela o Escuela Infantil “…” delante y después buenos días o buenas tardes según corresponda. Así nuestra profesionalidad queda clara desde el primer contacto.

  • Ruido infantil de fondo

Trabajamos con niños y los niños ríen, cantan y… en ocasiones lloran. Para nosotras, que conocemos nuestro ámbito y que sabemos que los llantos son pasajeros, esto es algo totalmente normal pero no lo es para el padre o la madre actual o potencial que llama. Escuchar niños llorando por detrás de la educadora es  inquietante y, como no podemos explicarlo o justificarlo en una breve llamada, es preferible que no sea así.

  • El tono de voz, importantísimo

Trabajar en una Escuela Infantil es cansado, agotador a veces, pero no podemos dejar que nuestro tono denote ese cansancio. Al contrario, el que llama tienen que recibir un estado de ánimo dinámico sin ser exagerado (el exceso de entusiasmo también resulta chocante) y proactivo. El exceso de seriedad o distancia nos aleja de nuestro interlocutor. Debemos ser cercanos, confiables y profesionales.

  • Vocabulario adecuado

No es lo mismo hablar con alguien que ya nos conoce, como nuestros papás y mamás de la Escuela, que hablar con quien establece el primer contacto. En las Escuelas tendemos mucho a utilizar los diminutivos contagiándonos de cómo les hablamos a los peques y eso puede molestar a los adultos. Por otro lado, no tenemos que olvidar en ningún momento la prioridad de transmitir profesionalidad y el lenguaje es nuestro principal valedor. El otro extremo sería el lenguaje excesivamente teórico  que nos aleja de la conexión con nuestro interlocutor interponiendo una barrera invisible entre ambos.

  • Contestar con prisa

Hay en la Escuela ocasiones en las que atender una llamada no es lo indicado. Cuando tenemos prisa, cuando estamos atareadas recibiendo niños de la piscina, a la hora del comedor, en las salidas o entradas… ¿Por qué? porque lo que transmitimos entonces es desbordamiento, precipitación, que nos falta personal… Los padres de nuestros alumnos van a entenderlo en algunas ocasiones, en otras no, pero nuestros papás y mamás potenciales que no nos conocen se van a quedar con las sensaciones antes mencionadas. En estas ocasiones es mejor dejar que salte nuestro contestador y recuperar la llamada un poquito más tarde.

  • Nos atiende un niño ¿?

Las Escuelas a menudo acogen a niños más mayores: de campamento, hijos de las educadoras o directoras que no tienen cole, un hermano mayor que va a buscar a un peque… y se dan situaciones un tanto cómicas para quién conoce estas realidades cotidianas pero muy inquietante para quién no sabe de ellas. El teléfono debe atenderse por quién corresponda y tratar de evitar este tipo de excepciones que pueden llevar a malentendidos completamente evitables.

Esperamos que estos consejos os sirvan para analizar un hecho tan cotidiano como es atender el teléfono en vuestra Escuela y sepáis detectar vuestras debilidades y fortalezas en este sentido.

¿Creéis que necesitáis ayuda con este tema? ¿Queréis que analicemos la respuesta telefónica de vuestra Escuela en concreto?

Mandadnos un email a marketing@aceim.es y lo haremos encantados